Hay una alternativa. En lugar de resistir, podemos practicar la aceptación. La autoaceptación, es un secreto contrario a la intuición de la felicidad. La aceptación se trata de encontrar la vida donde está y avanzar desde allí.
Debido
a que la aceptación nos permite ver la realidad de la situación en el momento
presente, nos libera para seguir adelante, en lugar de permanecer paralizados
(o ineficaces) por la incertidumbre, el miedo o la discusión. Para
practicar la aceptación, renunciamos a nuestra resistencia a una situación
problemática y también a nuestras emociones sobre la
situación.
Por
ejemplo, es posible que su matrimonio sea particularmente desafiante en este
momento. En lugar de criticar o culpar a su cónyuge, dos tácticas de
resistencia, podría aceptar tranquilamente su matrimonio por el momento.
Eso
no significa que ya no te sentirás frustrado, decepcionado o entristecido por
el estado de las cosas. Una gran parte de la aceptación es aceptar cómo
nos sentimos acerca de las
circunstancias difíciles (y las personas difíciles) en nuestras vidas. Pero
permitir que nuestro desafiante matrimonio sea como es ahora, y reconocer
nuestros sentimientos al respecto, nos coloca en una mejor posición para seguir
adelante.
Para
ser claros, la aceptación no es lo mismo que la resignación. Aceptar una
situación no significa que nunca mejorará. No aceptamos que las cosas
permanezcan igual para siempre; solo aceptamos lo que realmente está
sucediendo en este momento. Podemos trabajar para que nuestro matrimonio
sea más feliz, al mismo tiempo que permitimos la realidad de que en
este momento, la relación o la situación es complicada. Tal
vez mejore, tal vez no.
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