Deja de buscar a alguien que te rescate


Cuando actuamos como si fuéramos impotentes, quedamos atrapados en narrativas que nos dejan sintiéndonos enojados, impotentes y atrapados. Y comenzamos a esperar que otras personas nos salven de nuestra miseria.


Aunque puede sentirse bien cuando otros nos admiran, la mayoría de los que dicen ayudarte realmente no ayudan. Nuestros amigos pueden querer salvarnos, porque ayudar a los demás hace que la gente se sienta bien, y sus intenciones pueden ser nobles. Si nos quedamos atascados, pueden mantener su papel como nuestro héroe o pueden distraerse de sus propios problemas.

 

Los rescatistas tienden a darnos permiso para evitar asumir la responsabilidad de nuestras propias vidas. Por otro lado, los amigos (o terapeutas) que brindan apoyo emocional nos ven como capaces de resolver nuestros propios problemas. Hacen preguntas que nos ayudan a centrarnos en lo que queremos en lugar de lo que no queremos.

“La incertidumbre es la única certeza que hay”

En resumen: para hacer frente mejor a la incertidumbre, debemos dejar de quejarnos. Cuando abandonamos nuestra fijación con el problema, podemos concentrarnos en los resultados que deseamos. ¿Cómo podemos sacar lo mejor de este lío? ¿Qué podemos ganar en esta situación? 

Cuando asumimos la responsabilidad de nuestras vidas, cambiamos el falso poder del victimismo por el poder real que proviene de crear la vida que queremos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario